jueves, 4 de agosto de 2011

Indignados contra la banca ( Jesus Soria )

¿Qué pensarán los que tienen la orden de desahucio cuando ven los privilegios de muchos consejeros de bancos y cajas? Estos días hemos leído todo tipo de noticias sobre la gestión de la CAM, la Caja de Ahorros del Mediterráneo: ya saben, intervenida y no precisamente por ser un modelo de gestión. Y ha sorprendido, o no tanto, que curiosamente sus consejeros hayan sido beneficiados por créditos a cero interés entre otras lindezas. Es decir, mientras muchos clientes y empresarios y autónomos sudaban tinta china para conseguir un crédito para salvar un negocio, o sencillamente para comprarse una casa o un coche, ahí estaban ellos pidiendo y consiguiendo sin ningún pero y a coste cero. Como una familia. Es decir, con una mano se llevaban su dinero y con la otra firmaban las órdenes de desahucios.
El problema es que los indignados, entre los que me encuentro, nos podemos plantear nuevamente, como cada vez que se ha destapado la mala gestión de un banco, siempre con sorpresas, muchas cosas. Sobre todo porque demuestran que los bancos van a lo que van y que para ellos, ­ en contra de lo que algunos todavía creen,  los clientes no dejamos de ser más que meros números. Les interesamos porque ganan mucho dinero con nosotros. Su gestión es puro egoísmo. Buenos clientes cuanto más nóminas domiciliamos, más hipotecas tenemos, más cartillas-cuentas abrimos, más tarjetas les firmamos, más gastamos con ellas, si puede ser a crédito mejor,menos molestemos en las oficinas, más planes de pensiones les colocamos. Se trata de que paguemos al cabo del año cientos de euros en comisiones, un goteo incesante que casi nadie se pone a sumar, dinero y más dinero que, además, cada año es más.
Esto puede molestar, pero en este escenario que vivimos duele especialmente la falta de sensibilidad,­ con raras excepciones muy puntuales, como la medida del Santander de dar un respiro de tres años para pagar hipotecas a quien esté en situación complicada, lógicamente con una carga importante de marketing y evaluando muy bien riesgos y beneficios de la medida ­ frente a un problema social que agobia a los más desfavorecidos. Pero si la labor de los bancos y su política es como tantas veces lamentable, sobre todo teniendo en cuenta que el sistema financiero es en gran parte el que nos he metido en esto, ahí está el Tribunal Constitucional que acaba de avalar el embargo de viviendas impagadas, que es un nuevo jarro de agua fría para el movimiento contra los desahucios, que ya está acostumbrado a estas noticias. Pese a todo, esto no va a parar. Si me apuráis, todo lo contrario.
Por eso ahora duele más que nunca lo de la CAM y nos hace plantearnos muchas dudas y cuestiones que simplemente dejo ahí:
- ¿No es posible acabar con estas políticas de compadreo de muchas entidades financieras?
- ¿Van a pagar realmente algo estos directivos de la CAM por su pésima gestión en la caja?
- ¿O en todo caso las posibles multas van a ser muy inferiores a los beneficios que ya han obtenido?
- ¿Qué pensarán los que tienen la orden de desahucio cuando ven los privilegios de muchos consejeros de bancos y cajas?
- ¿Qué porcentaje de beneficios ocultos conocemos realmente?
- ¿Cómo es posible que estos agujeros en las gestiones no se detecten, incluso se consientan?
- ¿Acaso no se mira debajo de sus alfombras por si salen cosas que ni los gobiernos autonómicos quieren que salgan a la luz?
Pero ya saben: los bancos y cajas siempre ganan. Sin citar los sueldos de los que ya he escrito aquí alguna vez. Y si no lo hacen bien, ahí está Papá Estado para sacarles del apuro…

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